PERSONAJES BÍBLICOS


ANÁS, SUMO SACERDOTE DEL SANEDRÍN (6-15 d.C)

Anás fue un sumo sacedote del Sanedrín. Anás era hijo de Seth, y fue designado sumo sacerdote entre los años 6 y 15 d. C. por el romano Quirinius, hasta que el procurador romano Valerius Gratus (el que después dejaría su cargo a manos de Poncio Pilato) le quitó su puesto para más tarde concedérselo a Caifás (año 18).

Después de eso, Anás vio cómo varios miembros de su familia iban teniendo éxito como sumos sacerdotes. Así, Anás tuvo 5 hijos: Eleazar ben Anás (16-17), Johnatan ben Anás (36-37), Teófilo ben Anás (37-41), Matías ben Anás (43) y Anás ben Anás (63)

Anás, aún después de su despido, fue considerado sumo sacerdote junto con Caifás, y podía actuar como presidente del Sanedrín. Según San Juan evangelista, Jesús fue llevado primero ante Anás y, después de un interrogatorio, éste pidió a sus guardias que le llevasen ante Caifás y el resto del Consejo.

Anás actuó junto a Caifás en la captura y crucifixión de Jesucristo y en la posterior persecución de sus discípulos. Por eso la tradición cristiana les atribuye a Anás y Caifás la responsabilidad de haber mandado a la muerte a Jesús.

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CAIFÁS, SUMO SACERDOTE DEL SANEDRÍN (18-36 d.C)

José ben Caifás o Yosef Bar Kayafa fue un sumo sacerdote judíó, de la secta de los saduceos que vivió durante el reinado del emperador Tiberio. Fue uno de los líderes de la conspiración que logró la condena a muerte de Jesús de Nazaret. Como saduceo, Caifás no creía en la resurrección de los muertos, al contrario que los fariseos. Según el Evangelio de San Juan, las noticias sobre una supuesta resurrección de Lázaro realizada por Jesús alarmaron a los Sumos Sacerdotes, hasta el punto de que el Sanedrín (tribunal supremo de los judíos) se reunió en una sesión extraordinaria, para decidir lo que harían con Jesús. La reunión estuvo presidida por Caifás, en calidad de Sumo Sacerdote en funciones. No obstante, su suegro Anás, que mantenía una gran autoridad dentro del tribunal, influyó notablemente en la resolución del caso. De esta reunión salió la famosa frase de Caifás que plasma su pensamiento sobre Jesús: "...conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación".

El historiador judío Flavio Josefo dice que Caifás accedió al sumo sacerdocio alrededor del año 18, nombrado por Valerio Grato, y que fue depuesto por Vitelio en torno al año 36 (Antiquitates iudaicae, 18.2.2 y 18.4.3). Estaba casado con una hija de Anás. También según Flavio Josefo, Anás había sido el sumo sacerdote entre los años 6 y 15 (Antiquitates iudaicae, 18.2.1 y 18.2.2). De acuerdo con esa datación, y conforme a lo que señalan también los evangelios, Caifás era el sumo sacerdote cuando Jesús fue condenado a morir en la cruz.
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JOSÉ DE ARIMATEA

José de Arimatea era hermano menor de Joaquín, el padre de la Virgen María, lo que lo convierte en tío-abuelo de Jesús. Se convirtió en tutor del nazareno después de la temprana muerte de San José, el esposo de María. Según la tradición cristiana, era el propietario del sepulcro en el cual fue depositado el cuerpo de Jesús después de la crucifixión.

Era miembro del Sanedrín, el tribunal supremo de los judíos, y decurión del Imperio Romano, una especie de ministro, encargado de las explotaciones de plomo y estaño. Un "hombre rico" según San Mateo; un hombre "ilustre" según San Marcos; "persona buena y honrada" según San Lucas; "...que era discípulo de Jesús" según San Mateo, "pero clandestino por miedo a las autoridades judías", según San Juan.

Lo cierto es que los cuatro evangelistas coinciden en contar el mismo episodio donde intervino San José de Arimatea. Jesús acaba de morir en la cruz, Pedro renegó de él por tres veces en público, los apóstoles se dispersan, pero este hombre solicita al procurador romano Poncio Pilatos que le permita dar sepultura al cuerpo de Jesús. Con la ayuda de Nicodemo, desclava el cuerpo de la cruz y lo sepulta en su propia tumba, un sepulcro nuevo, recién excavado en la roca, donde se encuentra la basílica del Santo Sepulcro. Lo envolvieron en lienzos de lino y lo colocaron en la tumba con una gran piedra en la entrada.